MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS

La imagen de la Virgen de las Penas fue realizada en 1964 por el imaginero carmonense Antonio Eslava Rubio (1909-1983). Así mismo, fue bendecida por el Padre Manuel Gámez López en la iglesia de San José.

Es una imagen de candelero – solo tiene talladas la cabeza, el cuello y las manos – que mide 1,64 m. Muestra a María Santísima como una mujer madura, de rostro compungido y gesto sollozante, con la boca entreabierta donde se vislumbra la dentadura y la lengua, delgada nariz y mirada al frente, con entrecejo fruncido, buscando la comunicación con el espectador. Para potenciar el dramatismo de la imagen, seis lágrimas recorren su rostro, tres en cada mejilla.

Al ser una talla de vestir, su atavío va en función del tiempo litúrgico y de las festividades marianas más importantes. Del arreglo de la imagen se encarga el cuerpo de Camareras, que facilitan la labor a su vestidor, Javier Nieto Mogaburo, destacando el atuendo de hebrea, al ser la primera imagen malagueña que lo lució.

Ha sido intervenida en dos ocasiones, la primera en 1989 por Francisco Berlanga de Ávila, supuso una recuperación de la encarnadura original y la segunda a finales de 2019 por Francisco Naranjo Beltrán, que ha restaurado las manos y algunas faltas pictóricas del cuello.

Su culto principal conmemora la Realeza de María Santísima, a finales de mayo, aunque también se celebra un Triduo en su honor en septiembre, con motivo de los Dolores Gloriosos de la Virgen.

FOTOS: FRANCISCO CARNEROS RUIZ (1, 3-7) | ARCHIVO DE LA HERMANDAD (2)