TRONO DE MARÍA SANTÍSIMA DE LAS PENAS
Diseño: Juan Casielles del Nido (1963)
Orfebrería: Talleres Villarreal (1963) y Orfebrería Ramos (1995-96)
Imaginería: Francisco Buiza Fernández (1963)
Bordados: Talleres de Fernández y Enríquez (1997-98)
Materiales: Alpaca plateada y sobredorada, plata de ley, marfil e hilo de oro y sedas sobre terciopelo verde.
Medidas: 2,60 x 3,50 x 0,50m
Se trata del primer trono diseñado por Juan Casielles, en el que estudia el uso de formas rectangulares alternadas con capillas que se dividen mediante columnas o ménsulas, y que servirían para sus siguientes obras, en los tronos de la Virgen del Rosario (1965), Rocío (1967) y Trinidad (1971), así como en los de la Paz (1971) y Dolores de San Juan (1983-85), si bien éstos últimos con algunas diferencias.
Respecto al trono anterior se buscaba un conjunto de tamaño más reducido y proporcionado, adecuado al tamaño de la Imagen, en el que destaca la horizontalidad y la modulación.
La estructura del cajillo viene marcada por el uso de dobles columnas que se adelantan desde el plano principal. El frontal se compone de una capilla central flanqueada por dos capillas secundarias, mientras que los laterales repiten estas últimas capillas en el centro, presentando los paños restantes calados con dragones y cabezas de querubines.
En el interior de las capillas se sitúan imágenes en miniatura realizadas por Francisco Buiza en las que se ofrece un discurso iconográfico relacionado tanto con la Hermandad como con la advocación de nuestra Titular.
La capilla principal la preside el grupo de la “Huida a Egipto”, segundo Dolor de la Virgen, como alusión a sus “Penas”. A ambos lados del frontal aparecen “San José con el Niño”, titular de la primitiva sede canónica de la Corporación, y “Santiago Apóstol” como referencia a su collación parroquial.
En los laterales figuran, respectivamente, “San Cristóbal”, patrón del transporte y “Santo Domingo de la Calzada” cotitular de la Hermandad y patrón del Ministerio de Obras Públicas.
La iluminación del trono proviene de la candelería -compuesta por 78 piezas labradas por Orfebrería Ramos- así como de dos arbotantes traseros que cuentan con 24 puntos de luz cada uno, que caen para adaptarse a la forma del manto y, de este modo, alumbrar la obra efímera que procesiona cada año.
El adorno floral se completa con las piñas de las ocho jarras situadas entre las barras de palio y las seis ubicadas en el frontal, todas ellas obra de Villarreal.
En cuanto al palio, se trata de una obra de los talleres de Fernández y Enríquez y sustituyó al que realizara Leopoldo Padilla Vic en 1950. De nuevo la decoración se basa en motivos vegetales y, en el interior, unos dragones rodean cartelas con jaculatorias marianas.
La gloria del palio representa la Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad, tomando como referencia el lienzo de Velázquez que se conserva en el Museo del Prado. En ella se combinan el bordado en oro y sedas con la talla de marfiles y el repujado de la plata.
Las barras de palio se componen por una base, que acoge templetes por sus cuatro caras, quedando en las exteriores diversos relieves que representan diez escenas de la Vida de la Virgen: (Huida a Egipto, Sagrada familia, Nacimiento de Jesús, Asunción de María, Encarnación, Presentación de Jesús en el Templo, Santa Ana y la Virgen, Visitación, La Virgen y el niño y la Coronación), así como dos advocaciones: (Inmaculada Concepción y Divina Pastora) se remata con unos angelitos que juguetean con guirnaldas.
Por último, en la entrecalle de la candelería aparece una miniatura de la Virgen de los Reyes, imagen que recibe culto en la Catedral y llegó a Málaga de manos de los Reyes Católicos durante su conquista. Esta reproducción está realizada en plata de ley y marfil por los talleres de Orfebrería Ramos.
FOTOS: FRANCISCO CARNEROS RUIZ | EDUARDO NIETO CRUZ (7) | JUANMA SÁNCHEZ (1)